EN LO MÁS HONDO METIDOS

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EN LO MÁS HONDO METIDOS

-A don Venancio Carvantes,
que gasta lengua de antes-
En lo más hondo del bosque,
en tarde canicular,
mientras hacía camino
me encontré con un seglar.

Mas, ¿qué digo, lengua torpe?
seglar seguro sería,
pero era un jabalí
a lo que me refería.

Con las lenguas en contacto
en lo más hondo metidas,
uno toma por seglar
un “senglar” de gran medida.

Era negro, fuerte y tieso,
con las orejas erguidas,
al verme lanzó un rebufo
y me tomó las medidas.

Como yo soy pacifista,
le sonreí con dulzura,
y la bestia, confiada,
despacio entró en la espesura.

Al rato cruzó el camino
la cría, o sea, el rayón
de aquel jabalí seglar
que abría paso, gruñón.

Otro jabalí siguió
y se terminó el cortejo,
mientras me daba la sombra
de un pino sabio por viejo.

Esto digo, don Carvantes,
porque las lenguas felices,
lejos del politiqueo
cortejan con las perdices,

con los conejos enhiestos,
con mirlos y martagones,
y a la mierda el Patrimonio,
la Cultura y los cojones.

Pues bien honda nos la meten,
tiesa la lengua sacamos:
mientras unos se relamen
otros un corte les damos.

Perdone vuesa merced
esta lengua venenosa,
pero estamos donde estamos,
y espinas tiene la rosa.
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EL GAITERO DE LAS PEÑAS (FEROCES)
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Collage d'OX